INTENCIÓN COMUNICATIVA DEL DISCURSO
La intención comunicativa es el propósito, la meta o finalidad que quiere conseguir, por medio de su discurso, el participante de un acto comunicativo. La intención modela el discurso del emisor, puesto que sus actos lingüísticos irán encaminados a lograr el propósito que persigue (aunque sea de forma inconsciente), a la vez que también influye en la interpretación del receptor.
La importancia que la intención tiene en la comunicación humana, no obstante, no puede comprenderse de una manera cabal atendiendo únicamente al emisor del enunciado, sino que debe tomarse en consideración también el papel que desempeña el receptor. Éste, efectivamente, participa de una manera activa en la construcción del significado discursivo, puesto que presupone que el emisor hace uso de la lengua con un fin determinado, e interpreta el discurso del emisor en función de la hipótesis que hace sobre cuál es esta intención. Las presuposiciones del receptor constituyen un mecanismo fundamental en el proceso de inferencia que permite resolver las implicaturas conversacionales.
La intención comunicativa es el objetivo que perseguimos cuando hablamos, escribimos o emitimos algún mensaje. Si queremos informar, nuestro mensaje tendrá ciertas características. Si queremos enseñar cómo se realiza algún procedimiento, el lenguaje varía.
Tanto la estructura como las palabras empleadas en cada caso, son diferentes. Sin embargo, un mismo mensaje puede tener más de una intención.
Existen diferentes intenciones comunicativas. Entre ellas, persuadir, informar, apelar, advertir.
LOS MEDIOS COMO EMPRESAS CULTURALES
Los medios de comunicación
comerciales son grandes empresas que se rigen de acuerdo con una
lógica económica. Es decir, se trata de organizaciones cuyo
objetivo es, ante todo, obtener ganancias.
La aparición de los medios como
grandes empresas se produjo con el surgimiento de la prensa masiva.
Gracias a la incorporación de innovaciones tecnológicas, los periódicos
masificaron su tirada y bajaron sus precios, por lo cual, los diarios comenzaron
a sostenerse, sobre todo, a través de la venta de publicidad. En
efecto, los medios comerciales más exitosos se han expandido como
consecuencia de las cuantiosas ganancias obtenidas por la venta de espacios
publicitarios.
Por otra parte, la publicidad que
ofrecían los medios masivos adquirió gran importancia para la industria en su
conjunto. En términos generales, la publicidad influye en el deseo de
la gente, induciéndola a comprar ciertos bienes o contratar determinados
servicios. De esta manera, incentiva el consumo de diferentes productos
y dinamiza los intercambios de todo el sistema económico. Éste es uno
de los principales motivos por los cuales los medios ocupan un espacio
privilegiado en la economía.
Concentración geográfica y
económica
El circuito económico de los
medios tiene algunas particularidades que lo distinguen de otros sectores de
la producción. Los productos mediáticos se caracterizan por un
alto costo del original, mientras que el costo de las copias es mínimo o
a veces no existe. Por ejemplo, filmar una película es muy caro,
pero multiplicar las copias implica, en comparación, un costo mucho
menor. La rentabilidad de los medios comerciales radica sobre todo en
la posibilidad de difundir y distribuir productos a gran cantidad de personas.
Por este motivo, los medios masivos de comunicación tienden a una economía de
gran escala, que se caracteriza por la concentración geográfica y
económica. Con concetración geográfica nos referimos a que los medios
suelen encontrarse nucleados en los lugares donde vive mayor cantidad de
población. Las transmisiones llegan, fundamentalmente, a aquellos
lugares que ofrecen una audiencia numerosa y con capacidad adquisitiva, de
modo que sea posible obtener ingresos por la venta de espacios publicitarios.
De esta forma, mientras las personas que habitan las grandes ciudades acceden
a una variedad relativamente importante de medios masivos, quienes viven en
zonas más alejadas y de menor densidad demográfica suelen tener menores
posibilidades de acceso y elección.
También existe una fuerte y
creciente concentración económica. La propiedad de los medios
comerciales de mayor audiencia está en manos de unas pocas megacompañías que
son dueñas de gigantescos conglomerados.
La concentración económica se presenta
de cuatro formas diferentes:
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